jueves, 28 de marzo de 2013

365 tareas para hacer con los hijos en casa

Jugar a adivinar el título de una película a través de gestos; comprar un billete y hacer un viaje en transporte público; hablar con la abuela de cómo eran las mujeres hace cuarenta años; escenificar un cuento; recoger en un albúm las fotos de las vacaciones; preparar la ropa del colegio; cocinar algún plato sencillo; hacer la lista de la compra y ver cuánto cuesta cada producto... Son pequeñas tareas, de sentido común, y que forman parte de la rutina de una familia. Esas pequeñas cosas que se hacen día a día ayudan a nuestros hijos a dominar una serie de competencias básicas. Eso les permitirá tener habilidades y capacidades para enfrentarse más tarde a cualquier situación (buena o mala) que les surja en la vida, como es el objetivo de la Comunidad Europea en la enseñanza. Las competencias básicas son precisamente las que analizan los informes PISA.

Pues con todas esas pequeñas tareas diarias, y otras sugerencias, la Confederación española de padres y madres de alumnos Ceapa ha confeccionado un calendario, dirigido sobre todo a los niños de Primaria (de 6 a 12 años). Cada día de cada mes hay una tarea ligada a una competencia que da pistas a los padres y las madres sobre qué tipo de actividades pueden realizar para trabajar en casa esas competencias básicas, y así complementar el trabajo del profesorado en el colegio. Por ejemplo, un domingo se puede visitar un lugar de la ciudad que los hijos no conozcan; un jueves escribir dos palabras en otro idioma y colocarlas en algún lugar común de la casa; un sábado escuchar la previsión del tiempo y elegir la ropa adecuada...

Las actividades sencillísimas, ni requieren gastos económicos ni un esfuerzo descomunal, solo dedicar unos momentos de atención a los hijos. Por ejemplo, que el niño atienda las llamadas de teléfono y recoja los mensajes le ayuda en su competencia en comunicación lingüística; que vaya a comprar el periódico para que le devuelvan el cambio, en su razonamiento lógico-matemático; que haga una excursión en familia, en su competencia en el conocimiento y en la interacción con el mundo físico; que se lave los dientes con un solo vaso de agua, en su competencia social y ciudadana; que lleve la ropa sucia a la lavadora separando la blanca de la color, en su autonomía e iniciativa personal...

El calendario de Ceapa trata de ser un juego, una guía para la familia, una forma de ensayar actividades que entrenen a nuestros hijos con el fin de que aumentar las oportunidades de éxito en su vida escolar y social.

Se puede descargar aquí el «Calendario 2013. Las competencias en aprendizajes básicos para la vida».

martes, 19 de marzo de 2013

La competencia científica en PISA

Las pruebas PISA miden el rendimiento escolar relacionado con las “competencias científicas” de los alumnos de 15 años ¿Qué significado se otorga a “Educación en ciencias”? Los siguientes párrafos nos dan la explicación de los organizadores.

El término competencia científica ha sido elegido por las siguientes razones: es aceptado como un término que representa las metas de la educación en ciencias que son aplicables a todos los estudiantes; connota la gran amplitud y el carácter aplicado que tiene como objetivo la educación en ciencias; representa un continuo que engloba tanto el conocimiento científico como las habilidades científicas asociadas a la investigación en ciencias; incorpora una multiplicidad de dimensiones e incluye las relaciones entre la ciencia y la tecnología. En su conjunto, las competencias específicas que constituyen el núcleo de la definición caracterizan los fundamentos de la competencia científica en su sentido más amplio, así como el objetivo de la evaluación en ciencias de PISA 2006, que no es otro que evaluar el nivel de competencia alcanzado por los alumnos.

A efectos de la evaluación PISA 2006, el concepto de competencia científica2 aplicado a un individuo concreto hace referencia a los siguientes aspectos:

.- el conocimiento científico y el uso que se hace de ese conocimiento para identificar cuestiones, adquirir nuevos conocimientos, explicar fenómenos científicos y extraer conclusiones basadas en pruebas sobre temas relacionados con las ciencias;

.- la comprensión de los rasgos característicos de la ciencia, entendida como una forma del conocimiento y la investigación humanos;

.- la conciencia de las formas en que la ciencia y la tecnología moldean nuestro entorno material, intelectual y cultural;

.- la disposición a implicarse en asuntos relacionados con la ciencia y a comprometerse con las ideas de la ciencia como un ciudadano reflexivo.

Las observaciones que siguen contribuirán a clarificar esta definición.

Competencia científica

El empleo del término «competencia científica» en lugar del término «ciencia» pone de relieve la importancia que concede la evaluación PISA 2006 a la aplicación del conocimiento científico al contexto de las situaciones vitales, a la vez que se contrapone a la mera reproducción del conocimiento científico que caracteriza la enseñanza escolar. El uso funcional del conocimiento comporta la aplicación de los procesos que caracterizan a las ciencias y al método de investigación científica (las competencias específicas de las ciencias), y viene determinado por la apreciación, el interés, los valores y los actos de los individuos en relación con los asuntos científicos. La capacidad de un alumno para poner en práctica sus competencias científicas conlleva necesariamente el conocimiento de la ciencia, así como la comprensión de los rasgos propios de la ciencia, entendida como un método para adquirir conocimientos (esto es, el conocimiento acerca de la ciencia). La definición reconoce asimismo que la disposición a ejercitar estas competencias concretas depende de las actitudes del individuo hacia las ciencias y de su disposición a implicarse en cuestiones relacionadas con las ciencias.

El conocimiento científico y el uso que se hace de ese conocimiento para identificar cuestiones, adquirir nuevos conocimientos, explicar fenómenos científicos y extraer conclusiones basadas en pruebas
Según esta definición de la competencia científica, el conocimiento entraña mucho más que la capacidad de recordar información, hechos y nombres. La definición hace referencia tanto al conocimiento de la ciencia (el conocimiento del mundo natural) como al conocimiento acerca de la propia ciencia. El primero de ellos comporta la comprensión de los conceptos y las teorías científicas fundamentales, mientras que el segundo implica comprender la naturaleza de la ciencia como actividad humana, así como el poder y las limitaciones del conocimiento científico. Las cuestiones que se han de identificar son aquellas a las que puede dar respuesta la investigación científica, lo cual, una vez más, requiere un conocimiento acerca de la ciencia y un conocimiento científico de los temas pertinentes. Especial relevancia para la definición de la competencia científica tiene el hecho de que, a la hora de adquirir nuevos conocimientos, las personas en muchas ocasiones no pueden llevar a cabo sus propias investigaciones, sino que deben acudir a otras fuentes, como son las bibliotecas o Internet. Extraer conclusiones basadas en pruebas supone seleccionar y evaluar la información y los datos, sabiendo reconocer al mismo tiempo que a menudo no se dispone de información suficiente para extraer una conclusión definitiva, lo cual obliga a especular sobre la información disponible de forma consciente y con la debida cautela.

Los rasgos característicos de la ciencia, entendida como una forma del conocimiento y la investigación humanos

Como ya se ha señalado, la competencia científica implica que los alumnos deben tener un cierto conocimiento de la forma en que los científicos obtienen datos y plantean explicaciones, así como la capacidad de reconocer los rasgos esenciales de las investigaciones científicas y los tipos de respuesta que es razonable obtener por medio de la ciencia. Deben saber, por ejemplo, que los científicos recurren a la observación y los experimentos para recopilar datos sobre los objetos, los organismos y los sucesos del mundo natural. Esos datos se utilizan luego para proponer explicaciones que pasan a ser del dominio público y pueden ser empleadas en diversos tipos de actividades humanas. De hecho, la recogida y la utilización de datos constituyen dos elementos clave de las ciencias. La recogida de datos, en concreto, se guía por ideas y conceptos (a veces planteados en forma de hipótesis), y conlleva las nociones de relevancia, contexto y precisión, así como el carácter provisional de los conocimientos postulados, la receptividad a la revisión escéptica, el empleo de argumentos lógicos y la obligación de establecer nexos con el conocimiento actual e histórico y de dar cuenta de los métodos y procedimientos empleados para la obtención de pruebas.

Las formas en que la ciencia y la tecnología moldean nuestro entorno material, intelectual y cultural

Los puntos clave de esta afirmación residen en la idea de que la ciencia constituye una empresa humana y que dicha empresa ejerce una notable influencia en nuestras sociedades y en nosotros mismos como individuos. La categorización de empresa humana es aplicable asimismo al desarrollo tecnológico (Fleming, 1989). Aun cuando la ciencia y la tecnología difieren hasta cierto punto en sus objetivos, procesos y realizaciones, lo cierto es que se encuentran estrechamente relacionadas y, en muchos aspectos, resultan complementarias. A este respecto, la definición de competencia científica que aquí se postula incluye tanto la naturaleza de la ciencia y la tecnología como sus relaciones de complementariedad. A través de las políticas públicas, los individuos tomamos decisiones que influyen en la orientación de la ciencia y la tecnología. Sin embargo, el papel de la ciencia y la tecnología en la sociedad tiene un componente paradójico, pues a la vez que plantean respuestas a interrogantes y dan soluciones a problemas, pueden ser el origen de nuevos interrogantes y problemas.

La disposición a implicarse en asuntos relacionadas con la ciencia y a comprometerse con las ideas de la ciencia como un ciudadano reflexivo. El alcance de los significados que conlleva la primera parte de esta aseveración va más allá de la mera toma de apuntes o la realización ocasional de alguna práctica científica. Implica que se mantiene un interés continuado por la ciencia, que se tienen opiniones sobre ella y que se participa en actividades actuales y futuras de carácter científico. La segunda parte de la aseveración cubre varios aspectos de las actitudes y los valores de los individuos en relación con la ciencia. La frase hace referencia a una persona que se interesa por los temas científicos, piensa en temas de carácter científico, tiene interés en cuestiones relacionadas con la tecnología, los recursos y el medio ambiente, y reflexiona sobre la importancia de la ciencia desde una perspectiva personal y social.

Como no podía ser de otra manera, la competencia científica recurre a la competencia en matemáticas y en lectura. La competencia lectora, por ejemplo, puede resultar necesaria para que un estudiante demuestre su comprensión de la terminología científica. De modo similar, en un contexto de interpretación de datos, pueden ser necesarios diversos aspectos de la competencia matemática. Si bien la intersección de estas otras competencias con la definición y la evaluación de la competencia científica de PISA 2006 es algo inevitable, en el núcleo de cada una de las tareas de evaluación deberá haber siempre determinados aspectos que pertenezcan de manera inequívoca al campo de la competencia científica.

En comparación con la definición de competencia científica de las evaluaciones PISA 2000 y 2003, la definición de 2006 presenta un mayor grado de elaboración, así como una serie de mejoras. En las anteriores evaluaciones, donde las ciencias eran un área secundaria, la competencia científica se definía en los siguientes términos:

La competencia científica es la capacidad de utilizar el conocimiento científico, identificar cuestiones científicas y sacar conclusiones basadas en pruebas con el fin de comprender y ayudar a tomar decisiones relativas al mundo natural y a los cambios que ha producido en él la actividad humana (OCDE, 1999, 2000, 2003a).

Las aseveraciones iniciales de las definiciones de 2000, 2003 y 2006 son sustancialmente las mismas, puesto que en todos los casos se centran en el uso que hacen los individuos del conocimiento científico con el fin de sacar conclusiones. Sin embargo, mientras que en las definiciones de 2000 y 2003 el conocimiento de la ciencia y la comprensión acerca de la ciencia se englobaban dentro de la noción de conocimiento científico, la definición de 2006 desglosa y desarrolla este aspecto de la competencia científica mediante la adición de unos términos que ponen de relieve el conocimiento que tienen los alumnos acerca de los rasgos característicos de la ciencia. Ambas definiciones se refieren luego a la aplicación del conocimiento científico con el fin de comprender y tomar decisiones sobre el mundo natural. En PISA 2006 esta parte de la definición se mejora al añadir el conocimiento de las relaciones entre ciencia y tecnología, un aspecto de la competencia científica que, si bien no se llegaba a desarrollar, se presuponía en las definiciones anteriores. En el mundo actual, la ciencia y la tecnología se hallan estrechamente ligadas y es frecuente que se den relaciones sinérgicas entre ambas.

En contraposición con las definiciones anteriores, la definición de competencia científica de PISA 2006 se ha ampliado para incluir de forma explícita distintos aspectos de la actitud que manifiestan los alumnos ante aquellas cuestiones dotadas de relevancia científica y tecnológica. En suma, exceptuada la inclusión del elemento de actitud, la definición de 2006 concuerda conceptualmente con la definición de 2000/2003. Otros cambios, como son el desarrollo del concepto del conocimiento acerca de la ciencia o la noción de la tecnología de base científica, se limitan a enfatizar unos aspectos concretos que ya estaban englobados o implícitos en las definiciones anteriores.

Extraído de

PISA 2006
MARCO DE LA EVALUACIÓN
Conocimientos y habilidades en Ciencias, Matemáticas y Lectura

martes, 5 de marzo de 2013

Las pruebas de evaluación de diagnóstico serán entre abril y mayo en Asturias

La comunidad asturiana calienta motores para la realización de las P.E.D. La evaluación de diagnóstico de las competencias básicas del alumnado asturiano ya tiene fechas. Según una resolución de la Consejería de Educación del Principado publicada el 3 de marzo, las pruebas serán los días 8, 9 y 10 de mayo para los estudiantes de cuarto de Educación Primaria, mientras que el alumnado de segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria será el 24, 25 y 26 de abril.

En ambos casos, las pruebas se realizarán a todo el alumnado de esos dos cursos de la comunidad autónoma, independientemente de a quién corresponda la titularidad del centro educativo, y medirán la Competencia matemática, la Competencia en el Conocimiento e interacción con el mundo físico y la Competencia en Comunicación lingüística en lengua extranjera (inglés o francés), además de las destrezas en Comprensión oral y Comprensión lectora, así como en Expresión escrita y Oral, que, por cuestiones organizativas, será evaluada en una muestra de alumnado de todos los centros, al igual que la Competencia de Tratamiento de la información y Digital.

El calendario de las pruebas ideadas para evaluar las competencias básicas del alumnado llega con las vacaciones de Semana Santa a la vuelta de la esquina.

Evaluación de las competencias básicas.

La evaluación de las Competencias Básicas se ha convertido en uno de los elementos más mencionados en la legislación educativa y, sin embargo, menos utilizados y consensuados en la práctica educativa.

La evaluación de las Competencias Básicas

Efectivamente, la evaluación de las Competencias Básicas se convirtió en uno de los elementos clave de la LOE, desde el momento de su presentación y posterior aprobación e implantación. Sin embargo, esta evaluación de las Competencias Básicas es uno de los aspectos entre los que hay menos consenso en las distintas administraciones educativas y en los centros. Los profesores y maestros navegan sin rumbo fijo y sin unos criterios claros para realizar esta evaluación de las Competencias Básicas.

Ante esta situación, están surgiendo diferentes propuestas y aplicaciones, como el programa para la evaluación de las Competencias Básicas ESCOBA, que convergen en torno al uso de matrices de relación entre los Criterios de Evaluación o entre las Pruebas de Evaluación y las Competencias Básicas. O tambie´n el programa ARA. Pero hagamos un análisis de la situación de la evaluación de las Competencias Básicas.

Las Competencias Básicas y su evaluación

La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo de Educación (LOE), en su artículo 6, define como currículo el conjunto de objetivos, competencias básicas (CCBB), contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación de cada una de las enseñanzas reguladas en esta Ley.

La propia Ley Orgánica 2/2006 indica igualmente que la evaluación tendrá por objeto identificar los aprendizajes adquiridos por el alumnado en función del ritmo y características de cada uno. A estos efectos, se tomarán como referencia los criterios de evaluación de cada una de las áreas. La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación ha incluido la evaluación, además, del grado de desarrollo de las competencias básicas.

A partir del curso 2009-2010 se debe valorar en cada una de las áreas/materias el grado de desarrollo de las competencias básicas. Sin embargo, y a pesar de estar claramente contemplada la evaluación de las competencias básicas dentro de la actual Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo y las correspondientes Órdenes que regulan la concreción de los currículos de las diferentes comunidades autónomas, existen claras carencias que, a través de diversas propuestas, se pretenden evidenciar y, algunas de ellas tratan de corregir buscando una posible solución a las deficiencias planteadas.

La solución por supuesto, debe ser global para cada Centro educativo, con el necesario acuerdo que debe existir ante cualquier cuestión pedagógica relativa al proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado, en este caso, la evaluación de las Competencias Básicas. Pero mientras eso ocurre, también se pueden tomar iniciativas por departamentos o incluso por profesores o maestros que tratan de realizar una evaluación de las Competencias Básicas.

Las dos tendencias para la evaluación de las Competencias Básicas

Actualmente las distintas soluciones que se pueden encontrar para la evaluación de las Competencias Básicas se engloban en dos grandes grupos:

.- Evaluación de las Competencias Básicas a partir de los Criterios de Evaluación
.- Evaluación de las Competencias Básicas a partir de las Pruebas de Evaluación

La primera de ellas se basa en relacionar, mediante las famosas “matrices de relación”, los criterios de evaluación de las Programaciones Didácticas con las competencias básicas para realizar así su evaluación.

El segundo grupo parte de un punto de vista más práctico. Dado que lo que llevamos a cabo con los alumnos son las pruebas de evaluación, es mas cómodo relacionar éstas con las competencias básicas, también a través de las matrices de relación, para obtener una evaluación rápida y directa de las Competencias Básicas. Y dado que las pruebas de evaluación están diseñadas para satisfacer los criterios de evaluación, se cumple la legislación al ser los criterios de evaluación los referentes últimos para la evaluación de las competencias básicas.

Dos soluciones prácticas para la evaluación de las Competencias Básicas

Dentro del segundo grupo descrito anteriormente, la evaluación de las Competencias Básicas a partir de las pruebas de evaluación, han surgido aplicaciones informáticas como el programa ESCOBA para la Evaluación de las Competencias Básicas, que nos facilitan la elaboración de esas matrices de relación y que incluso nos dan de forma automática la “calificación” o “valoración” del grado de adquisición de cada una de las Competencias Básicas a partir de los resultados de las distintas pruebas de evaluación que los docentes realizamos en nuestras unidades didácticas.

Otro sería el programa ARA.

lunes, 4 de marzo de 2013

Evaluaciones internacionales del sistema educativo

Nuestro sistema educativo pasa por distintas evaluaciones internacionales que se realzian con cierta periodicidad y de las que, en ocasiones, acabamos conociendo a posteriori. A modo de resumen te ofrecemos el siguiente mapa conceptual sobre las más importantes o destacadas. 

Te aconsejamos que visualices el mapa conceptual como una única imagen para observarlo en un tamaños mayor.

También te ofrecemos la siguiente presentación que puede ayudarte a tener unas nociones básicas.